Introducción

La fotografía gastronómica se ha convertido en algo habitual en nuestros días. Ya sea en restaurantes, en casa o en las redes sociales, no podemos escapar de las imágenes de platos de comida perfectamente prensados y editados para lucir lo más apetecibles posibles. Pero, ¿es realmente necesario que alguien tome una foto de tu sopa antes de que se enfríe? Personalmente, creo que no.

La moda de la fotografía gastronómica

La fotografía gastronómica se ha convertido en una verdadera moda. Los restaurantes y bares de todo el mundo se esfuerzan por presentar platos elaborados y bien presentados que sean dignos de ser fotografiados y compartidos en las redes sociales. Esto se ha convertido en una competición, donde cada uno intenta superar al otro en cuanto a creatividad, estilo y originalidad.

¿Y qué hay de la gente que viene a disfrutar de la comida? Muchas veces nos encontramos esperando que alguien en nuestra mesa tome fotos de todo lo que se sirve, deteniendo así el momento de disfrutar realmente la comida que nos han servido. Es como si tuviéramos que darle prioridad a la imagen en lugar de al sabor o la experiencia real de comer.

Cómo afecta la fotografía gastronómica a la industria alimentaria

Por desgracia, la fotografía gastronómica no solo ha afectado a las experiencias de los comensales, sino también a la industria alimentaria en general. Muchos restaurantes ahora buscan crear platos que sean visualmente atractivos en lugar de centrarse en la calidad y el sabor de la comida. Algunos incluso han contratado fotógrafos profesionales o han creado estudios de fotografía para garantizar que cada plato se fotoedite a la perfección.

El enfoque en la imagen también ha llevado a la creación de platos destinados a impresionar en las redes sociales, en lugar de ser nutritivos o sabrosos. La apariencia se ha convertido en una prioridad sobre la calidad, lo que ha llevado a una ruptura en la cadena de suministro de alimentos y una preocupación por la sostenibilidad de la industria alimentaria.

Problemas con la fotografía gastronómica

1. Comida fría

Muchos platos están diseñados para ser consumidos inmediatamente después de servirse. Sin embargo, cuando alguien toma una foto de tu sopa o cualquier otra comida, es probable que se enfríe antes de que puedas comerla. Esto es especialmente cierto si la persona que toma la foto quiere obtener la toma perfecta, lo que puede llevar varios minutos.

2. Comer con los ojos

La fotografía gastronómica también ha llevado a un fenómeno conocido como "comer con los ojos". Esto significa que la gente se centra tanto en la apariencia del plato que muchas veces ignora el sabor y la calidad de los alimentos. Si un plato no se ve bien, a menudo es rechazado antes de que se le dé una oportunidad real.

3. La distracción

Más allá del tiempo que toma para tomar las fotos, la fotografía gastronómica también puede distraernos del momento presente en la comida. En lugar de disfrutar la comida y la compañía, a menudo nos encontramos tomando fotos y preocupándonos por cómo se verán en las redes sociales. En lugar de vivir el momento, estamos preocupados por crear un recuerdo digital perfecto.

Conclusiones

La fotografía gastronómica puede ser una verdadera distracción en nuestras experiencias alimentarias. Desde la espera mientras las fotos se toman hasta la distracción del momento presente, a menudo puede ser más perjudicial que beneficioso. Muchas veces, esta tendencia lleva a platos que no se enfocan en la calidad y el sabor, sino en la estética, lo que puede ser un problema para la sostenibilidad de la industria alimentaria. Así que, ¿por qué no dejar el teléfono en el bolsillo y disfrutar de la comida mientras está caliente?