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Razones por las que nunca me uniré a un gimnasio

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Introducción

Desde que tengo memoria, nunca me ha gustado hacer ejercicio. Siempre he preferido estar sentado frente al televisor o leer un libro. Sin embargo, he notado que hay una tendencia creciente de la gente que se une a un gym para mantenerse en forma. A pesar de todos los esfuerzos de amigos y familiares para convencerme de que me una, aquí están las razones por las que nunca me uniré a un gimnasio.

Gimnasios son costosos

Este es el argumento obvio. La mayoría de los gimnasios requieren que pague una cuota mensual, que puede ser bastante costosa. Además, si usted desea obtener un entrenador personal, el precio puede subir mucho más. ¿Por qué debería gastar tanto dinero si puedo salir a caminar, correr o hacer ejercicios simples en casa?

No me gusta hacer ejercicio rodeado de otras personas

Los gimnasios pueden ser muy intimidantes. Puede ser difícil concentrarse en su propio entrenamiento cuando hay gente alrededor observándole. La idea de estar en un espacio cerrado con otras personas que sudan y respiran pesadamente, simplemente no me atrae. Prefiero hacer ejercicio al aire libre y en mi propio espacio.

La falta de higiene en los gimnasios me asusta

Los gimnasios pueden ser lugares muy sucios y llenos de gérmenes. Incluso si los empleados hacen todo lo posible para mantener limpios los equipos, siempre hay una gran cantidad de sudor y desinfectante que no alcanza a limpiar correctamente. La última cosa que quiero es contraer una infección por hongos o cualquier otra cosa cuando estoy tratando de estar saludable.

El exceso de publicidad y promociones me molesta

Odio la publicidad en general, pero en los gimnasios es especialmente agobiante. Siempre hay carteles y anuncios por todas partes, incluso en las máquinas de ejercicio. Además, se me hace incómodo tener a los empleados constantemente tratando de venderme algo.

Las horas de apertura limitadas me frustran

La mayoría de los gimnasios cierran temprano por la noche y no abren antes de las 6am. Para alguien como yo, que tiene un horario de trabajo irregular, esto puede ser un gran problema. No me gusta tener que preocuparme por apresurarme para llegar al gimnasio antes de que cierre, o tener que acelerar mi entrenamiento para llegar al trabajo a tiempo.

No me gusta sentirme obligado a ir al gimnasio

Para algunas personas, el gimnasio es adictivo y se convierte en una obligación. Si faltan algún día, se sienten culpables y se sienten como si estuvieran perdiendo el tiempo. Yo prefiero vivir mi vida sin esas presiones. Hacer algún tipo de actividad física es importante, pero no debe convertirse en una obsesión.

Conclusión

En resumen, hay muchas razones por las que no me uniré a un gimnasio. No me gusta la idea de gastar dinero en algo que puedo hacer en casa, el ambiente puede ser muy intimidante, la higiene es un problema, y la publicidad y las promociones me molestan. Además, las horas de apertura limitadas y la sensación de que tengo que ir al gimnasio pueden ser muy frustrantes y desalentadoras. Siempre hay maneras de hacer ejercicio que se ajusten a su estilo de vida, así que no se sientan obligados a unirse a un gimnasio para estar saludables.