El día en que las vacas tomaron el control del mundo
El día en que las vacas tomaron el control del mundo
Introducción
Bienvenidos al apocalipsis más humorístico de la historia: el día en que las vacas deciden tomar el control del mundo. Imaginen todo lo que podemos hacer con ese poder: poner pasto en vez de cemento en las ciudades, cambiar la dieta global a una libre de carne y devolver los derechos que merecían estos animalitos. Pero eso no fue lo que ocurrió.
Primeros signos
Como todo gran plan maestro, las vacas no salieron disparadas ese día a invadir el mundo. Empezó con pequeños signos que nos dejaban pensar como si algo estuviera pasando. Algunas personas aseguraban que veían vacas con cartones que decían "The end is nigh" en el centro de la ciudad, mientras otras hablaban de una "biblia de las vacas" que hablaban de una predicción no muy amigable con el futuro de los humanos. Pero claro, nadie les creyó.
La invasión
El primer ataque lo sintieron los ganaderos en las áreas rurales, que se veían invadidas por vacas gigantes que arrasaron con todo. Luego fueron las ciudades, paredes de hormigón se derrumbaron por la fuerza de las manadas enloquecidas. Al final la humanidad se vio reducida a tan solo unos pocos que pudieron escapar a las montañas.
La política vacuna
Entonces llegó el momento del comunicado mundial. En todas las pantallas apareció una vaca (con lentes de nerd, por cierto) diciendo que ahora habría una nueva política global: las vacas estaban a cargo. Al principio fue gracioso: el asunto de nombrar a los becerros como presidentes de los países o que los policías ahora fueran terneros con uniformes, pero muy rápidamente se tornó problemático.
La dictadura vacuna
Con el poder en sus manos, las vacas empezaron a tomar decisiones cada vez más locas e incoherentes, como cambiar la hora a un tiempo vacuno, prohibir la venta de alimentos procesados, demandar la liberación de todas las vacas pastozas que están en cárceles de todo el mundo y nombrar como primera dama de los Estados Unidos a la vaca más bella de Texas.
Los humanos como ganado
Pero lo peor de todo fue lo que ocurrió con nosotros, los humanos. Fuimos reducidos a un estatus de ganado, y nuestra carne y nuestros órganos fueron comerciados en un mercado negro por los más altos precios. Y peor aún: como la economía global se basó en la producción de lácteos, leches y quesos, nos ordeñaban como a vacas para poder vender o cambiar por otros bienes y servicios.
El fin (?)
¿Cómo terminó todo? Nadie lo sabe. Se dice que los humanos que quedaron vivos en la montaña crearon una organización revolucionaria y antes del fin, lograron introducir un virus que devolvió a vacas y terneros a su lugar en la cadena alimentaria. Luego, reinventaron la sociedad y vivieron felices (y libres de lactosa) por el resto de los días.
En conclusión, amigos, la moraleja de la historia es que siempre debemos tener precaución y no subestimar el poder de los animales que se han visto perjudicados por nuestros actos. Ya sea una vaca, un tiburón o una hormiga, siempre tienen el poder de hacernos recordar nuestra propia vulnerabilidad en el planeta. Seamos respetuosos con ellos, y si alguna vez vemos una vaca con un cartel en el centro de la ciudad, prestémosle atención. ¡Hasta la próxima!
Autor: Anónimo