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La chica que siempre olvida desactivar las bombas

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La chica que siempre olvida desactivar las bombas

Seguro que alguna vez has oído hablar de esa persona que siempre olvida algo. Ya sabes, la que siempre se deja las llaves dentro de casa, o la que siempre llega tarde a las citas. Pues bien, hoy quiero hablaros de una de esas personas, pero con un pequeño matiz: esta chica olvida desactivar las bombas.

Sí, habéis leído bien. Una persona que tiene la responsabilidad de desactivar bombas y que constantemente se olvida de hacerlo. ¿Os imagináis la tensión que debe vivir? Yo no sé cómo es capaz de soportar ese nivel de estrés.

Pero vamos por partes. Esta chica, cuyo nombre omitiré por su propia seguridad (y por si acaso está leyendo esto), trabaja en una empresa de seguridad que se encarga de desactivar bombas. Es una de las mejores en su trabajo, pero tiene un pequeño problema: se olvida de desactivar las bombas que ha desactivado.

Al principio, los demás miembros del equipo pensaban que era una broma. ¿Cómo se puede olvidar algo así? Pero no, era completamente real. Y cada vez que sucedía, los nervios de todo el mundo se ponían a flor de piel. ¿Sería esta vez la definitiva?

Pero lo peor no era eso. Lo peor era que siempre había una voz en su cabeza que le decía: "No te olvides de desactivar la bomba, no te olvides de desactivar la bomba". Y ella lo intentaba, de verdad que lo intentaba. Pero por alguna extraña razón, siempre se saltaba ese último paso.

El equipo no sabía qué hacer. ¿Cómo solucionar el problema de una persona que puede poner en peligro la vida de muchas personas? La solución fue tan simple como obvia: cada vez que desactivaba una bomba, alguien más se encargaba de comprobar que efectivamente estaba desactivada. El equipo creó un sistema de doble seguridad para evitar cualquier tipo de fallo.

Y así, poco a poco, la situación fue mejorando. La chica seguía olvidándose de desactivar las bombas, pero ya no era un problema tan grave. Los demás miembros del equipo se encargaban de revisar su trabajo y confirmar que estaba todo bajo control.

Pero como siempre ocurre en estas historias, hay un final feliz. Un día, después de muchos intentos fallidos, la chica consiguió desactivar una bomba sin olvidarse de hacerlo. Fue un momento épico, todos estaban celebrando y felicitando a la chica. Ella no podía parar de sonreír, sabía que había hecho algo bien.

A partir de ese día, la chica nunca más se olvidó de desactivar una bomba. No sabemos qué cambió, quizás fue su nivel de concentración, o quizás fue el sistema de doble seguridad que le quitó la presión. Sea como sea, estamos a salvo de ella.

Ahora, cada vez que la chica llega a trabajar, todos los demás miembros del equipo le hacen una gracia para asegurarse de que está preparada. Una vez le pusieron una bomba de patatas debajo del escritorio, otra vez le dejaron una nota que decía "Has olvidado desactivar la cafetera". Siempre en plan de broma, claro está.

Y así es como termina esta historia. Una historia sobre una persona que siempre olvida desactivar las bombas, pero que consiguió superar sus limitaciones gracias a su equipo y a su propio esfuerzo. Pero sobre todo, una historia en la que no queremos que vuelva a suceder. ¿No os parece?